Querida desconocida:
¿O quizá ya te conozco?
Hoy más que ayer echaré de menos tu compañía y hoy menos
que ayer te imagino...
Si te conozco seguramente mis radares deben estar tan
llenos de interferencias como para no detectar tu señal, si aún no has llegado
mi cielo parece que se ha empezado a nublar.
¿A dónde es que estas y por qué tardamos tanto en juntar
nuestros caminos?
He preparado unas cuantas fotografías, cuentos, e historias
para contarte cuando me decida a correr por ti hasta tu puerta, he abierto mis
cerrojos y le he dado una buena sacudida a mis habitaciones para que encuentres
un sitio en donde descansar, he afinado mi oído para encontrarte canciones que
por mi te cantarán y he caminado por tantos lugares que estoy seguro, ¡te van a
encantar!
Entre tanto aquí sigo, escribiéndote como a alguien que aún
presumo de no conocer, celebrándote con una venda en los ojos y abriendo bien
amplios los brazos a la espera de que a mis sueños se añadan nuestros sueños,
que a mis pasos, se sumen los tuyos, que mis tropiezos se recreen en tus
aprendizajes, que nuestros ayeres cimienten nuestro presente, que nuestro
mañana se cubra de sentido en nuestro hoy, y que en mi memoria se escriban tu
nombre, tus ojos y tú sonrisa, que desde ya, se que es inigualable, y qué por
cierto... me hará quedar como un tonto y sin palabras cuando la descubra por
primera vez en mi distraída mirada.
Sé que debes amar las tardes de vientos fríos y soleados
que recuerdan al otoño, que aunque últimamente escasean, has de entender que
cuando llega a presentarse una, es un auténtico regalo que disfrutas como pocas
cosas en la vida, también tengo la certeza de que tu mayor virtud es un enorme
corazón donde cabe todo el mundo y que seguido se lastima por tenerlo siempre
abierto aún cuando sabes que probablemente no te corresponderán igual.
Te confieso, sin embargo, que he preferido pensar muy poco
en ti, y caminar como si ya estuviéramos juntos, después de todo nuestras vidas
nunca serán una sola y así como sé que pronto nos encontraremos, en algún
momento nos diremos adiós, aunque cada uno llevará consigo una parte del otro,
y eso hará más verdaderas nuestras vidas y más auténtica nuestra capacidad de
amar, atesorándonos nuevos recuerdos que unas veces nos harán llorar en la
nostalgia, y otras partirnos de la risa en la alegre añoranza.
Me despido de ti con esperanza intacta, y deseando que
nuestro encuentro ya no tarde tanto en llegar, muero por compartirme a tu lado
y quererte tanto como ya he querido antes, pero de una forma distinta y mucho
más profunda.
Del que alguna vez será tuyo...
Comentarios
Publicar un comentario